Este post está dirigido a todos aquellos que quieren ayudar y piensan que irse de voluntariado unas semanas es la mejor, incluso la •única•, manera de ayudar.
¿Es el voluntariado la mejor forma de ayudar a una ONG?
Cuando se trata de temas de voluntariado internacional y se mezclan las buenas intenciones, con un poco de ignorancia y otro poco de inocencia, ya está la fiesta montada.
Te suena eso de…
– «Me voy de voluntari@ que seguro que una mano hace falta».
– Y qué vas a hacer?
– No sé, pero una mano siempre viene bien.
Bueno pues déjame decirte que la estás liando pero bien.
A lo grande.
Porque hay ocasiones, muchas ocasiones, en las que pensando eso no ayudas.
E incluso, sí, era mejor quedarte en casa y proyectar tu ayuda de otra manera.
¿Has pensado que quizá no hagas falta en un sitio dónde probablemente lo que sobra es mano de obra y lo que falta es dinero, y sin saber qué vas a hacer?
Las ganas de ayudar son importantes.
Importantísimas.
Pero no es el único ingrediente.
Por qué digo que tener ganas no es suficiente
Ser voluntario internacional está guay, pero con todo lo que implica (tiempo, dinero, ilusión, tratar con gente…), hay que tratar de que no caiga en saco roto y todo eso sea útil.
Por no decir los recursos que le cuesta a la ONG que tú estés allí.
Un error común del voluntari@ sin criterio es pensar que va a ser útil con su mera presencia (eso que ahora llaman poéticamente “síndrome del salvador blanco”).
En este blog he hablado mucho del voluntariado ético y todo lo que implica pero para entendernos ahora, un voluntariado ético es útil y con impacto positivo tanto para los beneficiarios como para el voluntario/a.
Si tu ayuda allí no aporta nada, si consumes más recursos que el valor que aportas, si estás quitando el puesto de trabajo a una persona local.
Si has ido por ir, porque tenías ganas de ser voluntario pero no te has informado para encontrar ese sitio que te motive y donde dejes tu valor, no sirve de mucho.
Qué debes preguntarte cuando tienes ganas de ser voluntario
Que hay muchas maneras de ayudar no lo vamos a negar.
Las redes nos inundan de fotos bonitas sobre el trabajo en proyectos de cooperación que tienen un impacto real sobre un grupo de gente al que están ayudando.
Por eso, es fácil que nos entren ganas de ser voluntarios en cuanto vemos esas fotos tan inspiradoras de escuelas, planta-bosques, o gente mirando tortugas desovar.
Cuando te inunden las ganas de ayudar así porque sí, te propongo pararte y responder a estas preguntas:
- Sabes qué vas a hacer allí?
- De verdad es lo que quieres hacer?
- En qué consiste la dinámica de trabajo y de la estancia?
- Sabes qué puedes aportar?
- Sabes cuál es la realidad de ese lugar y conectas con ella?
- Te ilusiona y tienes ganas de hacerlo?
Si respondes a todo con un sí ya no tienes solo las ganas de ser voluntario, tienes la información para aumentar la tasa de éxito de tu voluntariado con impacto positivo.
Espero haberte animado a conocer un poco mejor el apasionante mundo del voluntariado internacional, y del voluntariado internacional que sirve para algo bueno.
Si necesitas profundizar sobre cómo hacer un voluntariado con criterio y que realmente resuene contigo, puedes acceder al pack de 21 vídeos en los que hablo de mis experiencias, referencias de ONG, recomendaciones y otras cosas bastante inspiradoras que he aprendido estos últimos años, y que te ayudarán con tu próximo voluntariado.
Con lo recaudado tú me ayudas a seguir adelante con este proyecto y a hacer donaciones puntuales a ONG.
Y finalmente cuéntame, ¿qué te planteas tú a la hora de pensar en el próximo voluntariado?
Te leo en los comentarios.